El clima del Pirineo oriental tiene unas especificidades que lo diferencian del resto de la cresta pirenaica y, cómo no, del resto de nuestras comarcas. Las dos mayores diferencias son la proximidad al mar mediterráneo y la entrada de viento del norte. Desde el Costabona a la bahía de Roses hay 66 km y hasta la playa de Argelès hay 60, ambos en línea recta. La proximidad del mar se nota en la humedad y la temperatura. El Valle de Camprodon está expuesto directamente al mar sin que ninguna montaña le haga sombra. En cambio el Valle de Ribes tiene la barrera de la Sierra Caballera, la Collada Verda, el Puig Mont-roig, el Puig Cerverís, el Balandrau y la Sierra del Catllar. Esto explica que en ocasiones la temperatura del Valle de Camprodon sea 2 o 3 grados superior a la del valle vecino. Y ya no hablemos si lo comparamos con la Cerdanya, donde la diferencia puede ser de 7 grados. En cuanto a la entrada del viento del norte, la situación de las montañas de la cresta principal hace que el Valle de Ribes y el Valle de Camprodon se encuentren en un embudo de viento. La mayoría de perturbaciones circulan de oeste a este y normalmente pasan lejos de los Pirineos, por medio de Francia. Así pues, a nosotros nos afecta la parte inferior de la perturbación. Los vientos, cuando encuentran la muralla de la cresta suben arriba y se deslizan hacia el este. Al hacer esto aumentan la presión porque se acumulan y, cuando encuentran un cuello o un corredor, la presión se convierte en velocidad, llegando a valores increíblemente altos de hasta 200 km/h. El hecho de que diferencia esta parte del Pirineo del resto es que el viento se desliza desde el Pirineo Atlántico, acumulando presión para liberarla en forma de velocidad cuando llega al final de la cresta en el mar Mediterráneo. Es el nacimiento de la Tramuntana. ¿Por qué también afecta a las montañas del Valle de Ribes y del Valle de Camprodon? Porque el viento cuando viene del oeste encuentra el Pic Carlit como última montaña de altura (2.921 m.) para encontrar después el llano de la Cerdanya francesa donde existe una cierta expansión. Al cabo de 23 km encuentra de nuevo la cresta que viene del Cadí y continúa en el Puig Dòrria, sigue por el Puigmal, Finestrelles, Herramienta, Noufonts, Nou Creus, Infierno, Construcciones, Pico de la Mujer y Costabona. Pero en este punto la cresta toma un cambio de dirección en Nordeste hasta el Canigó. Las Grietas de Rojà y el macizo de Canigó hacen de espigón. Esta configuración obliga a las líneas de viento a dar un giro que al fin convierte en un embudo en las montañas que se encuentran entre el Puigmal y el Costabona. Ésta es la explicación de por qué los vientos son más fuertes en esta parte del Pirineo que en el resto. Es tan insistente el viento en esta área que en invierno la estación de Vallter 2000 debe cerrar hacia una cuarta parte de los fines de semana por viento. En el valle decimos en broma que es la estación del viento. Nosotros, cuando salimos a andar, miramos a menudo la dirección del viento para elegir un itinerario a retiro, a menudo hacia la Alta Garrotxa. Nos ayuda mucho la estación meteorológica ubicada en el chalé viejo de Ulldeter que podemos consultar por Internet. Si en verano el viento no es demasiado problema porque se puede soportar y hace menos, en invierno se convierte en un contratiempo serio con mucho peligro. La Tramuntana en montaña en invierno se convierte en ventisca y en rufa. Los meteorólogos confunden a menudo ambos fenómenos. En nuestros valles les diferenciamos claramente. La ventisca es seca y sólo levanta la nieve, visible sobre las crestas. La rufa provoca una nube enganchada sobre la cresta y tira la nieve lejos, a menudo a kilómetros de distancia. Tanto la ventisca como la rufa van a velocidades muy elevadas. La diferencia entre ambos es la nube que se crea en la cresta, nube donde vuelve a nevar. Por eso con la rufa la nieve puede llegar lejos, porque es una nieve que vuelve a caer y el viento puede transportarla desde la parte alta de la nube hasta lejos. He visto llegar la rufa hasta Besalú, 43 km más lejos. En cambio la ventisca sólo puede transportar la nieve varios metros abajo. La diferencia básica entre la rufa y la ventisca es la humedad de los vientos. Cuando una perturbación llega por el oeste y pasa por Francia primero envía el viento de Mestral, Noroeste. Este viento arranca del mar Atlántico y transporta humedad. Cuando encuentra la cresta Pirenaica sube arriba generando la nube que nieva. Al cabo de unas horas o días la perturbación avanza y el viento gira y, en lugar de arrancar en el mar, atraviesa todo el territorio francés, llegando seco a nuestras montañas. Entonces deja de conformar la nube de rufa y se convierte en ventisca. La peligrosidad de la rufa sobre la ventisca radica en la nula visibilidad que desorienta completamente. La situación es de alto riesgo cuando el cambio de tiempo se origina a través de un frente frío. Es el caso del accidente de Balandrau en el 2001 y el del pasado mes de noviembre en el Puigmal. En estos casos mencionados, después del frente frío el cambio de tiempo fue notable, bajando la temperatura, aumentando la velocidad del viento y configurando una situación de rufa. Esta situación conlleva a menudo temperaturas inferiores a 10 bajo cero que, con vientos de más de 100 km/h, provoca temperaturas de sensación inferiores a 25 bajo cero. Es evidente que es necesario prevenir este tipo de situaciones, anticipando los recorridos de las perturbaciones y teniendo presente la previsión del tiempo. Pero es necesario saber que el cuerpo humano es un músculo que se enfría. En estos casos la hipotermia es grave porque ralentiza avanzar. Pero la parte más grave del fenómeno es que el cerebro también se ralentiza y comienza a tomar decisiones erróneas. Recuerdo que a mediados de un mes de Septiembre murieron tres franceses en pleno día de sol por hipotermia en lo alto de Nou Creus en un día de ventisca: fue el resultado de no haber tomado las decisiones adecuadas a tiempo y de tomar cada vez más de erróneas. En la montaña invernal es imprescindible hacer una buena previsión de tiempo y conocer la evolución del mismo durante 6 o 9 horas. Sobre todo si hay riesgo derufa o ventisca. Fuente: VilaWeb.cat |
Hiking and HistoryUna mirada diferente a los caminos. ArchivosCategorías |